lunes, 3 de febrero de 2014

Los Intocables (Intouchables) (2011): Otra más sobre la amistad (8/10)

Intouchables es una famosa y popular película francesa con lo relativamente desconocidos (por lo menos en el Nuevo Mundo) François Cluzet y Omar Sy. El tema: un millonario tetrapléjico, blanco y refinado (Philippe) consigue como ayudante a un desempleado saludable, negro y ordinario (Driss). La dinámica es la misma de siempre: mientras que el rico intenta refinar al pobre, éste lo 'libera' de su 'rigidez'.




Philipe encuentra en Driss una tabla de salvación. De alguna manera, el millonario se aburre de que lo traten de forma especial -se llena del argumento de que sólo le recuerdan que es inválido- y acepta como ayudante y conductor a Driss, quien lo trata ordinariamente y sin escrúpulos... pero al menos como trata a todo el mundo.

Driss se ve con muchas dificultades adaptándose al mundo de Philipe, donde la clase y la cultura imperan. Los servidores, familiares y amigos de Philipe lo detestan. Lógicamente, a lo largo de la película los engranajes se suavizan y todos comienzan a integrarse. La esperanza, el poder de la comunicación y hasta el amor son temas importante de esta historia. Y, felizmente, está inspirada en la vida real de Philippe Pozzo di Borgo y su ayudante, un algeriano llamado Abdel Sellou, que ya había inspirado un documental y un libro.




Tensiones por doquier

Un negro y un blanco se cambian la vida mutuamente ¿Tema trillado? Sin duda, pero al público le encanta. Morgan Freeman es un especialista: The Bucket List (2007, mi primera entrada de este blog), Driving Miss Daisy (1989, que no he visto), The Shawshank Redemption (1994). A veces, el recurso de la diferencia racial se queda en comedia intrascendente (tema que a los gringos les encantaba en los 80's; recuérdense, por poner unos pocos ejemplos de entre muchos, a las serie de películas 'Arma Mortal' de Mel Gibson y Danny Gover, y a la serie de televisión 'Blanco y Negro' ('Diff'rent Strokes').

Para que haya una película (o cualquier obra narrativa) tiene que haber esencialmente una tensión, y en este caso la desemejanza entre los personajes es tal que se puede hablar de 'recurso fácil' (los meros personajes generan la trama). De hecho, el tema es todo un semillero. La diferencia de color, acentos, físicos, estilos, no sólo sirve de generador de situaciones cómicas, ni se limita a ser un motivo visual, sino que es portadora de mensajes tácitos: la fraternidad inmanente, la sinergia interracial, la insensatez del racismo, el encanto de lo diferente, la libertad corporal y espiritual, etc. Típicamente el negro será fuerte y el blanco débil. Éste, por supuesto, es el caso extremo.

¡Yipiiii!

¿Predecíble? Claro: de entrada se sabe qué va a pasar en general. Sin embargo, el director lo maneja muy bien, y hace a la película entretenida. La predictibilidad no es necesariamente síntoma de mala calidad. Recordemos a un '12 Hombres en Pugna (1957)' que, aunque predecible, es indudablemente uno de los mejores filmes de la historia. De hecho, la predictibilidad es invocada, y eso sucede en este filme también, con un recurso anacrónico que consiste en presentar al inicio de la película un evento que sucederá algún tiempo después. Con esto el espectador queda con la 'picazón' de "qué habrá pasado para que se llegara hasta ese punto." Éste parece ser un tropo muy de moda.

En la película que nos ocupa, se puede destacar que el director se esfuerza en no hacer demasiado evidente el cambio de los dos personajes, ni tampoco los idealiza excesivamente. Esto es todo un arte, y el no ejercerlo con maestría lleva necesariamente a la caricaturización. Ésta, gravísima tentación para todo guionista y director nóveles, empobrece y 'aplana' a su filme y lo puede convertir en una fábula mojigata o en un cuento aburrido. Como digo, esto no sucede en esta película.

La escena de la prueba de ropa no podía faltar
Con respecto al tropo del personaje pobre y 'cool' que le cambia la vida al 'refinado' y lo 'libera' de su 'rigidez', la lista de películas que lo usan sería inacabable. Basten citarse a 'Annie (1982)' y a 'Nosotros los Pobres (1948)'. En algunos casos la disimilitud sólo se invoca hasta lo cómico, pero no hay mucho enriquecimiento y mutación en los personajes ('The Big Lebowski', 1998, por ejemplo). No entremos a las telenovelas, donde la diferencia social (usualmente él, rico; ella, pobre) ha sido tan invocada que puede decirse que es el motivo paradigmático. Por alguna razón todos los ricos moderan su temperamento, y esto hace que sean aburridos y lúgubres. Los pobres, empero, son dramáticos y emocionalmente excesivos, y por ende sus vidas son una continua montaña rusa donde la suerte impera. Ya hablé de esto en mi comentario a 'Ustedes los Ricos (1948)'.

Este aparente 'filme bueno' oculta, y no demasiado subrepticiamente, muchos parches morales. Lesbianismo, droga, groserías, mentiras, orgías, arte 'moderno', prostitución y otros desórdenes son aceptados y tenidos por normales, casi naturales.

Hasta a Driss le termina pareciendo arte esto.
Al parecer, esto es necesario para ser pleno y feliz.


 Sólo la madre de Driss hace una referencia a Dios (y ni siquiera directamente; sólo declara que ha rezado). Pero no se le puede pedir mucho a la Francia del siglo XXI. En fin, sí queda en claro el poder de la amistad.

Que quede claro.


(8/10).



No hay comentarios.: