domingo, 26 de marzo de 2017

Blanca Nieves y los siete enanos (Snow White and the Seven Dwarfs, 1937). De Dios y las princesas (10/10)

Al ver películas tan (¿cómo decirlo? ¿Perfectas?)... perfectas como Blanca Nieves y los Siete Enanos, lo primero que se me viene es el deseo de corregir la puntuación de algunas películas previas y quitarle el 10/10 que le he puesto (así lo tengan bien merecido), porque esta película afecta la curva de la calidad general. El primer largometraje animado a la manera tradicional es también, probablemente, el mejor. Aunque, bueno, es una muy avezada aseveración. Pero su calidad es indiscutible.
Largas secuencias son dedicadas al aseo. No hay princesa más maternal, más buena, que Blancanieves.

Sí. Blancanieves cocinando. Y a siete hombres, no menos. ¡Tomen eso, feministas!

Hay muy poco desarrollo de personaje por parte de los enanos. El que más tiene es gruñón. Hay una dinámica interesante, casi romántica, entre él y Blancanieves.

Blancanieves orando. Que yo sepa (y poco sé), nunca otra princesa de Disney, ora. Dios mío, eran otros tiempos.
Pero tal vez haya algo que sea lo que más enamora de esta película y es su definitiva buena intención. una película llena de honor, de valores tradicionales. Sin ambages, Blanca Nieves es una muchacha buena, casera, hogareña, acomedida, responsable, en fin, todo eso que es casi imposible de conseguir en las jóvenes de hoy en día, tras el horroroso trabajo que el demonio del feminismo (y del modernismo, en general) ha hecho desde los 60's. Ah, y al mismo tiempo, es una princesa.

Una de las mejores escenas, aunque muy corta, es el segmento en el que Blancanieves corre asustada por el bosque. ¡Qué realismo!

Y es que el realismo es una de las características primordiales de esta película. Los personajes humanos a veces no parecen dibujos animados.  Es un trabajo inmejorable.

La historia es harto conocida, así que no diré mucho más. No sólo es una obra de arte estético, sino ético. Es amor, Amor, hecho película. 10/10.


* * *


Anexo: Algunas diferencias con respecto a la obra original (la próxima vez haré una tabla; promesa):


- El título es Blanca Nieve, no Blancanieves.
- En la película no hay mención del rey, ni de la ex esposa del rey. Por ende, tampoco se dice que Blancanieves es blanca, pelinegra y de carita roja, porque fue el deseo de la madre… quien, por cierto, muere al nacer Blancanieves. Son personajes muy menores, que sólo sirven para dar contexto, así que es más que excusable.
- En la película, sólo se intuye que Blancanieves es la hijastra de la Reina.
- En el cuento original, la reina le pide al cazador el hígado y los pulmones, en vez del corazón.
- En la película no se muestra cómo sale el cazador del asunto de darle el corazón de Blancanieves a la reina. En el cuento, él saca los pulmones y el hígado de un cerdito que por allí saltaba (¿cerdos saltando? ¿Y en el bosque?). ¡Ah! Y la reina mala se come ella solita los pulmones y el hígado traídos (¡qué vieja loca!)
- El príncipe no aparece al principio, y mucho menos se enamora de Blanca Nieve por su canto.
- Los animalillos no hablan con Blanca Nieve.
- La entrada de Blanca Nieve a la casa de los enanos es diferentísima en el cuento. Mientras que en éste el lugar está impecable, el de Blancanieves es famoso por lo sucio y desordenado que está (por supuesto, esto es para enfatizar la laboriosidad y pulcritud de Blancanieves. Esta escena en el cuento original recuerda mucho a la entrada de otra niña a otra casa en medio del bosque, en otro cuento harto conocido, pero muchísimo menos elaborado: Ricitos de Oro.
- La limpieza y acuciosidad de Blanca Nieve no aparecen solícitos en el cuento original, mas son el pago que le proponen los enanos para poderse quedar en la casa de ellos.
- Antes de que la reina mala llegara con la manzana envenenada, ya había engañado a Blancanieves dos veces, y de la misma manera: vestida de viejita buhonera. La primera vez la ahorca con una cinta, y la segunda, la envenena con un peine envenenado (?). Las dos veces los enanos la reviven, quitándole la cinta la primera vez, y el peine, la segunda.
- La tercera vez, la reina va disfrazada de campesina, con la tan mentada manzana envenenada y Blanca Nieve de nuevo se vuelve a dejar engañar (¡veo muy mal a Blanca Nieve!)
- ¡No hay brujas en el cuento original! La reina mala sólo se disfraza de buhonera (vendedora ambulante) las dos primeras veces, y de campesina la tercera vez. Nada de pociones mágicas de transformación.
- Los colores rojo, blanco y negro de Blanca Nieve son la manera como los enanos se dan cuenta de que Blanca Nieve no está del todo muerta. Al pasar el tiempo, Blanca Nieve no palidece, ni presenta signos de descomposición, y por eso los enanos no la entierran.
- ¡El príncipe no devuelve a Blanca Nieve a la vida con un beso! ¡Es puro invento de Disney! En vez de eso, uno de los servidores del príncipe, cargando el ataúd de Blanca Nieve, se tropieza. Entonces, ¡se le sale a Blanca Nieve el trozo de manzana, que llevaba en la garganta, y con eso revive!
- Y para rematar, nada que ver eso de los enanitos persiguiendo a la bruja, y ésta cayendo de un barranco. En vez de eso, la reina mala tiene un final poco menos que absurdo: la ponen en unos zapatos de hierro sobre carbones encendidos, en la que baila hasta morir. ¡Vaya crueldad!
- ¡Ah! No olvidemos que esta película fue parodiada seis años después en un dibujo animado ahora universalmente censurado: Coal Black and de Sebben Dwarfs, en el que los protagonistas son todos “negros”. Aunque es muy bueno, es también muy denigrante.

10/10

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