martes, 28 de febrero de 2017

La Sirenita (the Little Mermaid). Andersen, disneyficado. 7/10

(Alerta: spoilers)

No diré que no disfruté de mi segunda visión de "La Sirenita" (la primera vez que la vi era muy, pero muy joven). Por supuesto que sí. Hasta hubo lágrimas al final y todo.

Junto a mi hijita, decidí ver de nuevo esta versión del clásico de Hans Christian Andersen. ¿La razón? Además de que sabía que a mi hija le iba a encantar, hacía poco había leído el cuento original (disponible aquí, y recomendadísimo), y quería ver qué tratamiento le había dado Disney.

La película es buena, claro que sí. Sí, tiene todos los ingredientes que hacen un "clásico" de Disney (sobre todo del siglo pasado): Una princesa atrapada, un caballero salvador, una bruja mala, un momento en el que todo parece estar perdido, canciones, animales que hablan, personajes secundarios cómicos, el hecho de que nadie muere (ni siquiera los malos), etc. Por supuesto, no por esto una película es necesariamente mala (ni buena). Sólo digo que es una fórmula harto conocida.

Pero, ¿qué tratamiento le da Disney a la historia? Bien, Disney le da la vuelta de una manera magistral (sin duda), reusando elementos del cuento. Un par de ejemplos:

En la historia original, la Sirenita es la menor de seis hermanas. Aquí es la menor de siete. ¿Por qué el cambio? Tal vez, el número siete es más "perfecto" que el seis.

Al igual que en la historia original, la Sirenita tiene una colección de objetos de los humanos. Lo sabemos desde el principio. La diferencia es que en el cuento, la Sirenita tiene (también desde el principio) una estatua de "un niño hermosísimo",  que ella contempla continuamente. Cuando la Sirenita conoce y pierde al príncipe, la mirada de la estatua le recuerda a la del príncipe. Disney le da una vuelta muy creativa a la historia: la Sirenita al principio no tiene ninguna estatua. Cuando la Sirenita ve al príncipe por primera vez, a éste le están regalando una estatua de él. Esta misma estatua es la que terminará en la colección de la Sirenita. Algo pasado por alto en la película: no se explica cómo llega la estatua a la caverna donde la Sirenita guarda sus tesoros.

Tritón, el padre de la Sirenita, es primordial en la historia de Disney. En la versión original es un personaje menor, casi irrelevante. De igual manera, Disney no menciona a la abuela de la Sirenita, madre de Tritón, quien es importante en la narración original.
Obviamente, en la versión original ninguno de los amigos de la Sirenita existen. La versión de Disney no sólo los incorpora, sino que los hace esenciales en la trama.
En ambas películas hay una bruja mala. En el cuento, la bruja le pide a la Sirenita su voz, y también la castiga con dolores agudísimos al caminar (cosa que falta en la versión de Disney). Por cierto, en el cuento de Andersen sólo Tritón tiene nombre propio. Ni siquiera la Sirenita tiene nombre. Lo de "Ariel", "Úrsula", etc. son inventos de Disney.

El verdadero "daño" de Disney a la historia no radica en que sea diferente (al fin y al cabo, una adaptación a otro medio exige licencias artísticas), mas el hecho de que la moraleja, es, literalmente, la contraria. En la película, la Sirenita se queda con el príncipe, porque los dos son elegidos, por Dios o por el destino, para estar juntos, el uno para el otro, para siempre. La moraleja del cuento original es, precisamente, que pensar que alguien es "el elegido" es, no sólo una falacia, sino vehículo de tragedias. En otras palabras, Disney dice "Hay un elegido" y Andersen dice "No lo hay". Y es que el cuento original es una súper tragedia. En éste, la Sirenita no sólo no se queda con el príncipe, sino que tiene que contemplar, muda y atormentada por mil dolores, cómo otra mujer se lo quita en sus narices, y cómo su propio cuerpo se deshace en espuma. Lo único que suaviza este drama es el hecho de que cuando la Sirenita muere, va al Cielo. Nada más. Pero, lógicamente, una película de Disney no puede terminar así.

7/10

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