jueves, 22 de enero de 2009

La Regla del Juego: el espíritu aristocrático (8/10)

Cuanto más se tiene, más se desea. Los que tienen todo, o por lo menos, mucho más que lo que necesitan, los ricos, lo saben bien. La Regla del Juego es un relato, no se entiende muy bien si en broma o en serio, sobre los aristócratas.


La película nos sumerge desde el principio en el barroco mundo de estos curiosos seres. Los miembros de la alta sociedad son como mariposas que se posan ora aquí, ora allá, que vuelan de acuerdo a sus caprichos, que no atienden sino a éstos, y que no conocen el sentido de la palabra trascendencia. La Francia del '39 aún no sabía lo que se vendría en unos cuantos meses, aunque, indudablemente, sí que tenía claro que cosas muy raras y tenebrosas pasaban en su vecino del este. Quizá bajo ese espíritu de horror tácito pero inminente es que los ricos de entonces derrochaban sus fortunas. No había tiempo para la planeación, y solo el presente importaba. Esta actitud se puede ver en otras películas relacionadas con la Segunda Guerra Mundial: en El Hundimiento la vemos en el carácter de Eva Braun; en la horripilante Salò o los 120 Días de Sodoma la vemos en los aristócratas, por citar sólo un par de ejemplos.

Pero, ¿qué es "La Regla del Juego"? ¿De qué se trata y por qué algunos cinéfilos la consideran como una de las mejores películas alguna vez hechas? No es un drama en el estricto sentido de la palabra, porque hay momentos de humor puro y hasta persecuciones con sabor chaplinesco. No es una comedia pura por varias razones, una de ellas que hay escenas que motivan a una inicial controversia, cuando no a una introspección. Tampoco es un romance, aunque el amor (o la malograda idea que los personajes tienen de él) es pieza fundamental del armazón que es la trama. La regla del Juego es todo esto: es un drama-comedia-romance sobre las emociones humanas. ¿Por qué es considerada una de las mejores películas de la Historia? Honestamente, no lo sé. Con respecto al guión y a la puesta en escena, me gustó, pero no me intrigué ni sentí grandes emociones en ningún momento. Cabe anotar que necesité ir anotando los nombres en un cuaderno, pues más que un triángulo, es un polígono amoroso, y todos los personajes principales tienen parte en él.


Esta película tiene un sabor similar que “El Gran Gatsby” o los cuentos de Saki. En efecto, se destaca en ella la precisión para describir a los aristócratas, aunque se percibe también una lenta e interesante evolución en su comportamiento. Inicialmente parecen amarse unos a otros. Al final, ya nada importa: son tan volátiles como una veleta. Que así dicen “te amo” como “¿cómo te llamas?”, y dicen “esto es lo último de mi colección de antigüedades”, como “pásame la sal”. Ni siquiera los miembros de la servidumbre se salvan. Ellos se ponen a la altura de sus amos, dándose un valor aquellos, en cuanto a éstos. Las actuaciones son muy buenas, y algunas (como la de Octave) se destacan entre las demás. Como en Amarcord (aunque no tan “descaradamente”), el protagonista de la historia es la comunidad en sí, no uno en particular.




Al final de la película queda el sabor de que sólo los que luchan por lo que aman, los honestos, terminaran mal; de que la regla del juego de la vida es "dejad hacer, dejad pasar". Mas no es así: para un aristócrata, la vida es un insoportable y solitario sinsentido, un turbulento remolino en el que hay que agarrar desesperadamente lo que se pueda, sin temor a pisotear a quien fuere necesario. Para las almas reposadas (que pueden tener o no mucho dinero), la vida es un suave río en el que, como pacífico cardumen, sufren y gozan. Ya han descubierto el secreto que los aristócratas no saben: es imposible no sufrir y es insufrible no servir.

Un par de notas interesantes: esta película fue presentada en una versión más corta a instancias del mismo director. A finales de los 50s, el resto fue recuperado y la película completa, veinticinco minutos más larga, pudo ser mostrada al público. Por otra parte, el director, Jean Renoir (quien también actúa como Octave), era hijo de Pierre-Auguste Renoir, el famoso pintor impresionista. 8/10

1 comentario:

Mario dijo...

Si estás interesado en conocer más de la obra de Pierre-Auguste Renoir, el pintor, te recomiendo este enlace: Pierre-Auguste Renoir page .