La realidad de mi país, Colombia, es triste, tristísima. En los barrios bajos se presiente un caos parecido a un perenne ataque de pánico, donde la vida parece estar en riesgo cada segundo, y todos los que allí habitan son continuamente violentos, en un horrible unísono anímico, como lobos poseídos de un hambre de venganza. Desolador, triste, desesperanzado, "No Futuro", así es esta película.
Lastimosamente, "Rodrigo D." no desarrolla una temática interesante, que apasione al espectador. Vemos, en cambio, lo que parecen ser escenas disparejas de la vida de unos personajes en un barrio bajo a las afueras de Medellín. Y así, como un triste collage de fotos que no forman entre sí nada en común más que la tristeza que emana de todas ellas, así transcurre esta película. Saltamos de una escena a otra, vemos crimen, dolor y angustia... Y se acaba. Se abona, como digo, que retrata, de forma muy, muy fidedigna, el vivir de los adolescentes en las comunas. 6/10.
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