Ponyo
¿Cómo pensar o escribir sobre esta hermosa película y no sonreír? Ponyo es una bella historia para niños pequeños. Sosuke, un niño de cinco años, vive cerca de un acantilado. Un día, estando a la orilla del mar,, encuentra a Ponyo, un extraño ser parecido a un pececillo.
Como en otras obras de Hayao Miyazaki, el de Ponyo es un universo en el que la realidad y la fantasía bellamente se confunden. Los escenarios y situaciones imposibles se intersectan con personajes con comportamientos muy “reales” (como la madre de Sosuke, o Sosuke mismo). El mundo de Ponyo es un hermoso homenaje artístico al mundo marino.
A diferencia de otras aberrantes obras modernas (modernistas, más bien) del cine y la televisión supuestamente infantil, esta película sí respeta a los niños. Aún más, les muestra la belleza de la Creación y suscita interés y amor a la Naturaleza. Sin la profundidad ni la complejidad de otras obras de Miyazaki, esta bella historia llena de paz al alma. Sin temas subrepticios, sin chistes “para adultos” y sin ironías (lo cual es casi increíble), Miyazaki trata al público infantil con honor y, al mismo tiempo, con primor y ternura. 8/10